Allí tuvimos la ocasión de mezclarnos entre nuestros semejantes, sentirnos menos raros que de costumbre, amén de incharnos a puré de patatas americano, que debe ser la única cosa que saben cocinar bien en Estados Unidos. La tarta hay que decir que ni la probé, ¡no era cuestión de estropear tan bella estampa!
Sin duda alguna, aquel paseo fue un buen calentamiento para hacernos a la idea de lo que nos esperaba aquella misma noche en el Madison. Iba a ser la culminación, no sólo de la carrera de Elton como artista, sino de nuestra propia odisea como frikis...
Barcelona was there!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario